Este miércoles 30 de noviembre se instalarán las mesas de negociación del salario mínimo para el 2023 en Colombia, lideradas por la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, y en las que estarán las propuestas las centrales obreras, los empresarios y el Gobierno.
En esta primera reunión oficial se mostrará las cifras de la productividad de lo que va de 2022, teniendo en cuenta que es uno de los insumos para decidir el aumento, junto a la inflación de noviembre, dato que el Dane revelará el 5 de diciembre.
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De acuerdo con la metodología empleada para definir el aumento de salario mínimo, esta cifra no puede ser superior a la suma de los datos de productividad e inflación, ya que podría disparar la inflación, según advirtió Fedesarrollo y un estudio del Banco de la República.
Precisamente, según Luis Fernando Mejía, presidente de Fedesarrollo, el salario mínimo para 2023 debería aumentar un 13,5 % el próximo año, con base en la inflación estimada al cierre de 2022 y el crecimiento estimado de la productividad.
— Luis Fernando Mejía (@LuisFerMejia) November 29, 2022
“La suma de una inflación esperada para 2022 de 12,3% y un estimativo de crecimiento de la productividad total de los factores de 1,2% indican que técnicamente el salario mínimo debería aumentar un 13,5% en 2023”, aseguró Mejía al diario El Tiempo.
La semana pasada el presidente Gustavo Petro, por su parte, aseguró que no sirve de nada subir mucho el salario mínimo, si el nivel de vida también sube.
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En una declaración citada por La Silla Vacía de un discurso de Petro, el mandatario aseguró que de “nada sirve crecer un 10 por ciento o 15 por ciento si su canasta familiar crece más, lo que está es bajando el salario y se trata es que crezca el nivel de vida de las personas, no que disminuya”.
De hecho, según ese portal, el Gobierno le estaría apostando precisamente a que el aumento del mínimo no sea mayor que la inflación y la productividad, con el fin de que no se afecte la generación de empleo, y a la vez controlar el aumento de los precios.
En este nuevo foco, el discurso de Petro está centrado en hacer que el salario mínimo se acompañe de otras medidas, como la desindexación de los productos y servicios de este valor, el llamado ‘Pacto por la Justicia Tarifaria’, así como bajar algunos aranceles para insumos del agro, y lograr de esta manera que la comida no salga tan cara.
Por su parte, según Francisco Maltés, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, citado por La Silla, llevarán cuatro medidas para no afectar el poder adquisitivo de los trabajadores, empezando por cambiar el cálculo para definir el precio de la energía, y que el Gobierno le ponga freno a la tasa de usura, que por ahora está en 38,67 por ciento.
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Los líderes sindicales también plantearán un control a los precios de los medicamentos, y que el Gobierno haga una intervención en la devaluación del peso, como se hizo en la década de los 80’s.
Los empresarios, por su parte, llevarían a la mesa una propuesta mucho menor, que se ajuste a lo que pueden pagar, ya que además de la remuneración salarial, deben pagar las prestaciones sociales y el subsidio de transporte, que, según los gremios, realmente terminan pagando alrededor de 1,5 millones de pesos al mes por un mínimo.
Los empresarios, Gobierno y trabajadores tendrán hasta el 30 de diciembre para concertar el incremento, pero de no lograrlo, el presidente Gustavo Petro lo definirá vía decreto antes de que se acabe el año.
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