Tras este nuevo e impresionante avance científico, son cada vez más posibles las opciones de que una persona con una grave lesión espinal vuelva a caminar y realizar deportes.
Este trabajo del neurocientífico Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), y la neurocirujana Jocelyne Bloch, del Centro Hospitalario Universitario de Vaud de la EPFL, fue publicado esta semana en la revista ‘Nature Neuroscience’, en la que comentaron que todo inició en el 2012 con pruebas en animales y en el 2018 se dio inició a la fase de aplicarlo con humanos.
Se trata de la implementación de un chip que utiliza la estimulación eléctrica para reactivar neuronas espinales dañadas en los pacientes.
¿Cómo funciona el chip?
La investigación permitió que se pudiese crear tecnología que estimula la médula espinal, devolviendo a pacientes parapléjicos el control voluntario de sus extremidades inferiores.
En ese sentido, el proyecto consta de dos fases: la primera es la de la implantación, tanto de los electrodos, como del estimulador; la segunda es la parte técnica, en la que desarrollar los programas y software de estimulación que se envían al estimulador por medio de bluetooth.
En cuanto a los implantes, la doctora Bloch dijo que estimulan la región de la médula espinal que activa los músculos del tronco y las piernas.
Según Courtine, “nuestros algoritmos de estimulación se basan en la imitación de la naturaleza (...) los nuevos cables blandos implantados están diseñados para colocarse debajo de las vértebras, directamente en la médula espinal. Pueden modular las neuronas que regulan grupos musculares específicos”.
Además, "controlando estos implantes podemos activar la médula espinal como lo haría el cerebro de forma natural para que el paciente se ponga de pie, camine, nade, monte en bicicleta o practicar canotaje, por ejemplo”, señaló el experto.
La colombiana dentro de la investigación
Vale destacar que dentro del equipo de ingenieros que se encargó del desarrollo del software de estimulación, se encuentra Andrea Gálvez, una colombiana ingeniera biomédica de la Universidad de Los Andes.
La experta le dijo a ‘El Heraldo’ que en la fase de implantación se utilizan 16 electrodos en la zona lumbar de la médula y a través de ellos se reactiva la comunicación cerebro-medula.
Respecto al software, Andrea le dijo al medio citado que está en busca de mejorar la tecnología para que sea personalizada para cada paciente.
La experta dijo que el proyecto sigue en un primer momento, por lo que aún no se ha podido experimentar con más de tres pacientes. “La idea es lograr que sea un ensayo multicéntrico, que pueda ser aplicado en muchas entidades médicas. Que podamos tener de 50 a 100 pacientes”, esto con el fin de que se apruebe esta nueva tecnología en la recuperación de pacientes parapléjicos.
Además, comentó que es una investigación interdisciplinar, por lo que ha trabajado de la mano con fisioterapeutas, quienes cumplen una función importante durante los 6 meses de rehabilitación intensiva que acompañan esta nueva tecnología.
Volviendo a caminar
Gracias a esta novedosa tecnología, ya son tres hombres quienes han logrado caminar luego de haber perdido la movilidad de sus extremidades inferiores.
Este es el caso de Michael Roccati, un italiano que quedó paralizado por un accidente de moto en 2014. El hombre aseguró que “los primeros pasos fueron increíbles, ¡un sueño hecho realidad”, tras hacer parte del proyecto.
Respecto a los otros hombres, el avance que ha tenido la investigación fue sorprendente, pues “los tres pacientes fueron capaces de ponerse de pie, caminar, pedalear, nadar y controlar sus movimientos del torso en sólo un día, después de activar sus implantes. Eso es gracias a los programas de estimulación específicos que escribimos para cada tipo de actividad. Los pacientes pueden seleccionar la actividad deseada en la tableta, y los protocolos correspondientes se transmiten al marcapasos en el abdomen”, aseguró Courtine.
Los expertos acompañan a los pacientes en todo momento, por lo que en el caso de Michael, conectaron dos pequeños mandos a distancia al andador del paciente y los conectaron de forma inalámbrica a una tableta que envía las señales a un marcapasos ubicado en su abdomen.
Luego, el marcapasos transmite las señales al cable espinal implantado que estimula neuronas específicas, logrando generar el movimiento de Michael.
Cuando se pulsó el botón indicado, su pie izquierdo se “elevó como por arte de magia” y tocó el suelo unos centímetros más adelante. A continuación, hizo lo mismo con el botón del lado izquierdo y su pie derecho avanzó, momento en el que vieron que estaba funcionando el chip.