Una de las épicas despedidas de la historia musical fue la que dio el líder de Nirvana, Kurt Cobain, quien a su voluntad dejó este mundo el 5 de abril de 1994 a los 27 años.
Como parte de sus enigmáticos recuerdos que se conservan en la posteridad, se encuentra una carta que dejó a Boddah, su amigo invisible de la infancia, quien le permitió hablar en la misiva a su esposa, a su hija, a los amigos y hasta a los fans.
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En su carta, el cantante comentó que “ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera tocando rock. Me siento increíblemente culpable. Cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan como afectaban a Freddie Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Eso lo admiro y envidio muchísimo”.
Cobain continúa describiendo que no se siente bien para continuar el ritmo que le exige su vida artística, llegando a escribir que “a veces tengo la sensación de que tendría que marcar tarjeta antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme, Señor, pero no es suficiente)”.
Continuó hablando acerca de su relación con las personas cercanas, de su público, e inclusive se tildó de narcisista, ya “que solo aprecia las cosas cuando ya han ocurrido”.
— Nirvana Videos (@NirvanasVideos) February 21, 2023
En su carta, el artista asegura que desea recuperar el entusiasmo de su infancia, admitiendo que “en nuestras tres últimas giras aprecié mucho más a toda la gente que conocí personalmente, fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Solo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. (…) ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho cómo había sido yo.”
— RETRO. (@ImagenRetro) February 20, 2023
Acerca de su hija, uno de los apartados más conmovedores del escrito, comentó que ella está “llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo”.
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Como parte de su autopercepción sobre su estado de salud mental, Cobain reconoció que “lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general… Solo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Solo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por sus cartas y su interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que desvanecerse de a poco. Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain.”
Finalmente, el hombre escribió: “Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Las amo. ¡Las amo!”.
Aunque se dice que persisten dudas acerca de cómo ocurrió su fallecimiento, la carta se hizo icónica; estaba escrita a mano, con letra apretada y nerviosa, destacando que sólo reservó las mayúsculas para decir “Las Amo, Las Amo”.
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