Sin duda alguna, la pandemia marcó un antes y un después en la historia del planeta. El virus del Covid-19 impactó a la población mundial y la obligó a cambiar hábitos que estaban muy arraigados, así como a adquirir otros para combatirlo.
Sin embargo, aunque las vacunas contra el virus ya existen y gran parte de la población está inmunizada, todavía existe un sentimiento generalizado de incertidumbre y angustia, lo que fue confirmado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En un informe titulado ‘Las nuevas amenazas para la seguridad humana en el Antropoceno exigen una mayor solidaridad’, se explica que en esta era, entendida como aquella en la que “los seres humanos se han convertido en los principales impulsores del cambio planetario, alterando radicalmente la biosfera”, aumentaron las amenazas contra la percepción de seguridad.
Lo anterior es considerado un hecho paradójico, ya que el. (IDH) de 2020 mostró que el mundo gozaba de mejor calidad, esperanza de vida, riqueza y salud. No obstante, llegó la pandemia a cambiarlo todo.
Según el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, “nos enfrentamos a una paradoja del desarrollo. A pesar de que las personas viven en promedio más tiempo, son más ricas y gozan de mejor salud, estos avances no han logrado aumentar su sensación de seguridad. Esto es válido para países de todo el mundo y se venía observando incluso antes de la incertidumbre causada por la pandemia de covid-19”.
Siendo así, en todo el mundo la percepción de inseguridad es moderada o muy alta en más de seis de cada siete personas. De hecho, si se pone la lupa en esta situación, en los Países con IDH muy alto era menor que en los países con el índice alto o bajo y mediano.
Lo que ocurre, y que ha sido el énfasis de este informe, es que la pandemia evidenció varias amenazas:
- El hambre va en aumento.
- El cambio climático afecta aspectos vitales.
- El número de desplazados se ha duplicado en la última década.
- El ritmo de expansión de la tecnología agudiza problemas como la ciberdelincuencia.
- El número de afectados por el conflicto alcanza máximos históricos.
- Los miembros de la comunidad LGBTIQ+ se enfrentan a la intolerancia.
- Se desempodera a las mujeres, quienes son víctimas de violencia.
- La brecha entre países en lo que respecta a la salud es amplia.
Todos los puntos anteriores son preocupación de la ONU y se reconoce que no basta con proteger a las personas y sus comunidades, sino que se requiere trabajar en protección, empoderamiento y solidaridad.
Y es que lo que también ha evidenciado la pandemia es la importancia de la salud mental, por lo que además de estos tres pilares fundamentales para reducir la angustia generalizada en la población consideramos esencial recalcar que los trastornos como la depresión tienen varias causas y varían de persona a persona.
Si usted o algún conocido requieren apoyo psicológico o emocional puede marcar a la línea 106 en Bogotá o ingresar a este link para recibir atención en el resto del país.