Colombia es considerada una cantera de futbolistas, pues no son pocos los jugadores nacionales que hoy están en Europa, disputando con equipos mundialmente conocidos; sin embargo, en un desalentador panorama, detrás de estos jugadores hay una historia de violencia, de la que han encontrado en el fútbol una escapatoria.
Esa es la historia de Óscar Cortés, quien en menos de seis meses pasó de ser un jugador que esperaba una oportunidad en Millonarios a convertirse en el goleador de la Selección Colombia en un Mundial Sub-20, disputado recientemente en Argentina.
Nacido en Tumaco (Nariño), Cortés se ganó el puesto en el Suramericano a comienzos de año, al que llegó como suplente, y no lo soltó más hasta hoy: fue el goleador del equipo en ese torneo, con tres anotaciones, y ahora, en la Copa del Mundo, anotó otros cuatro para pelear el primer lugar de la tabla de artilleros.
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Los momentos de gloria que hoy vive Cortés contrastan con las dificultades que vivió al comienzo de su carrera. Comenzó en su tierra natal, donde encontró en el fútbol la mejor manera de esquivar la violencia, jugando descalzo a la orilla del río Mira, con su propio balón, y desde muy joven comenzó a dar muestras de talento. Muy pronto encontró lugar en el Candelilla Fútbol Club, el equipo de la vereda del mismo nombre, donde vivía.
Emmanuel Cortés, de 20 años y primo hermano y mejor amigo de Óscar, habló con Gol Caracol sobre la historia del crack, comentando que "ahí es cuando se enamora más del fútbol y llega a la escuela del profe Teo Preciado. En ese momento, Cortés no tenía guayos, ni zapatos para entrenar, pero no le importaba porque la idea de él era salir adelante y practicar su deporte por el que tanto amor estaba sintiendo".
Pero el fútbol no era aún una fuente fija de ingresos. Así que antes de ir a entrenar, muchas veces Óscar tuvo que ir a buscar trabajo en fincas, a recoger cacao o a cumplir otras funciones para ayudar en su casa.
Del Candelilla Fútbol Club saltó al Llorente Fútbol Club, también de Tumaco, y comenzó a llamar la atención de los cazadores de talentos, en un lugar donde han surgido muchas de las figuras del fútbol colombiano.
Con otro equipo de su ciudad natal, el Tumaco Fútbol Club, y con apenas 14 años, se fue a jugar el Torneo Internacional de las Américas. Allá fue descubierto por los veedores de Millonarios, Edgar Moreno y Norberto Peluffo. Sin embargo, no era el único equipo interesado: también lo siguieron de América, Deportivo Cali y Boca Juniors de Cali y la escuela Fútbol Paz.
"El pasar tanta hambre, tanta sed, tantos tropiezos en la vida, lo volvió fuerte. Y creo que es de mérito estar donde está. Algo difícil y duro, fue mirar a su madre hacer rifas, irse a trabajar y dejarlo solo en la casa. A veces Cortés antes de ir al entreno, iba a trabajar, a rebuscársela, a agarrar cacao, a hacer cosas, cualquier cosa en la finca para ganarse algo y poder llevar a casa y ayudar a su madre", comentó su primo.
En 2017 llegó a Bogotá y a los 18 años, el 21 de enero del año pasado, Alberto Gamero lo puso a debutar en un partido contra Deportivo Pasto, lo llevó como suplente y lo metió en el minuto 89. Un mes después, y en una nómina emergente, jugó su primer partido como titular. Aportó una asistencia en el triunfo 1-2 contra Jaguares, en Montería.
Entre su juventud, un puesto en el que Carlos Andrés Gómez comenzaba a destacarse y las convocatorias a la Selección Sub-20 en la preparación para el Suramericano, Cortés no tuvo muchos minutos en su primer año: apenas 207 en la Liga y 90 en la Copa Colombia.
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A su regreso del Suramericano, y ya como figura, el panorama fue otro. Gómez fue vendido al Real Salt Lake, Daniel Ruiz se fue cedido al Santos y el técnico Alberto Gamero, de una vez, le soltó la titular.
Finalmente, el primo de Óscar Cortés reflexionó sobre el entorno en el que creció él, describiendo que "estamos rodeados de violencia y grupos ilegales, entonces unos estudian, otros trabajan en palmeras, otros se meten a un grupo armado y unos cuantos se dedican al fútbol y ahí es donde surgen tantos jugadores”.
“Estamos llenos de mucho talento y sumado al hambre y ganas de ver a nuestros padres con una mejor vida, impulsa a que lo des todo. Es una cuna del fútbol y nos seguimos preparando para cumplir ese gran sueño", concluyó.
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